domingo, 18 de noviembre de 2007

Mis amores

La golfa de la Cady

Ésta fue la primera moto que tuve. Fue una Mobilette Cady de 49cc, de acero puro, duro y rudo, que era lo más parecido a una moto que podía rodar por entonces, siendo un ciclomotor. Con ella comencé a descubrir ese regustillo de libertad espaciotemporal que sólo una moto te da, y que aún hoy perdura. Era una golfa...


La puta de la Vespi

Esta fue la segunda... qué tiempos aquellos de instiputo. Siempre de piarda con ella. Cómo se enrollaba la cabrona, en mis vaqueros por los tobillos con to los cables que le salían.


La zorra de la Kawa

Después llegó la Kawasaki Z1000. La más salvaje. De aspecto y conducción no tiene nada que ver la moto de serie, con la bestia que sale en la foto. De origen es una motocicleta de carretera, con uno de los motores DOHC (Double Over Head Camshaft) más potentes durantes décadas, llegando a batir el récord de velocidad pura consecutivamente durante este tiempo en las salinas de Bonneville en USA. Por cierto, esta moto fue importada del otro lado del charco y fue a parar a Campillos, donde la adquirí por 175.000 de las antiguas pesetas. Con ella hice la vuelta a España con 21 años. Mi primer gran viaje. Pero ésa, es otra entrada...



La calientapollas de la Sanglas

Mejor dicho Yamaha Sanglas 400. Me la pasó Mikel con la condición de que la arreglara. Estuve varios años con ella hasta que me robaron o perdí, aún tengo mis dudas, la cartera en la plaza de la Merced, en Málaga, y con ella los papeles de la moto. Ir en esta moto era un auténtico placer en estado puro, aunque siempre acabara dejándome tirado en cualquier cuneta por algún motivo no ajeno a su longevidad. Si nó hubiera perdido los papeles, sin duda la habría restaurado de motor, y muy posiblemente ahora seguiría con ella.



La cachonda Intruder 750 vs gpl

Juguetona y con carácter. Con ella me recorrí hasta el último rincón de la provincia de Málaga. También fuimos a parar a Granada, Cádiz y Almería en diversas ocasiones. Una vez se fueron subsanando los diferentes sistemas eléctrico, de alimentación, escapes y motor, se quedó perfecta, pero se me quedó pequeña, y cuando tuve oportunidad, saqué todos mis ahorros y fuí hasta Tarragona a por la Harley.



La vieja de la Harley

Harley Davidson 1340 FXS Lowrider, motor Shovelhead-Generator. Siempre me gustarón maduritas. Tampoco me obsesioné nunca con una con este culo, pero los gustos cambian, a pesar de seguir encantándome las motos de culo shico.

De hecho el cambio de la Intruder a otra fue para mí, como amante de las motos que soy, una decisión muy poco precipitada. Para el que no le llame la atención esa sensación única de llevar una moto de gran cilindrada, posiblemente no lo entienda jamás, pero a mí se me antojaba un dilema de base: moto moderna y fiable pero con motor de 'batidora' (Como suele aludir Mikel habitualmente al referirse a motores sin espíritu, sin 'feeling'. Que apenas las notas.), o hierro puro, 'vintage' (Clásico), que consumiera adrenalina, la tuya propia, en lugar de gasolina. Practicidad o pasión. Mero vehículo, o parte indivisible de ti. La conclusión cayó por su propio peso. La solución ahora está siendo ponerla a punto en todos sus 'sistemas orgánicos' hasta quedar perfecta, que no maqueada, no hace falta. En la actualidad la tengo en el taller, pero cuando la saque le voy a tener que hacer hasta el rodaje ya que le están cambiando de cilindros para arriba (Sí tio sí).
Esta moto es de 1979, también es importada, y arranca a patada. La compré en Torredembarra, Tarragona. Me fui hasta allí en tren cama, donde me esperaba su antiguo y despiadado dueño, el que 'me vendió la moto', amante y gran poseedor de varias motos, entre las que se encontraban: una Triumph Bonneville, una Ducati, una Laverda, etc. Después de cambiar nuevemil euros por ella, enfilé la moto hacia el sur de espaÑa, con la inocente intención, de llegar hasta mi destino, Málaga.

Los primeros 150 kms. fueron absolutamente increíbles. Al principio notas que te vibran hasta los huevos bailando en mi escroto como bolas chinas, ¡y vas tan sólo a 100km/h! Al ser una moto que necesita calentarse, pasados los primeros kms. empiezas a notar cómo va mejorando la respuesta del motor, aumentando la velocidad con el mismo gas que le dabas al principio. Pistones y cilindros, válvulas y guías de válvula, cigueñal y cárter, se compenetran en una orgía un tanto extraña, ya que el placer es mío. A los 150 kms, ya estaba en la cuneta... el resto es toda una odiséa épica en mi camino de vuelta a Ítaca con un trasto de cerca de 400 kg. El final de esta aventura es mi llegada a Málaga, con la moto, ese mismo ese mismo domingo a las 4 de la madrugada, con un matrimonio hartamente quejumbroso, propietarios del coche con remolque, cargado con mi Shovelhead averiada.

Todo fue con el seguro básico. Pero el cómo conseguí que me trajeran desde Valencia a Málaga en pleno domingo, me costó dos baterías de móvil. Multitud de llamadas desde la cuneta para convencer a los de Linea Directa que me consiguieran 'algo' como fuera, grúa o remolque, para volver. Pero, ¿si no les lloré ni les amenacé con amputarles las piernas, cómo cojones accedieron a traerme?

Por otro lado, hay que decir que esta moto no chupa casi nada (Está siempre en el taller), y tiene un feeling de libertad auténtico (O al menos, eso es lo que reza la publicidad). Yo, lo único que sé, es k hace... POP-POP-POP-POP POP-POP-POP-POP POP-POP-POP-POP, que no está nada mal; que a 110 km/h la sensación de velocidad es equivalente a 290 km/h en cualquier otra moto (Que me parece un sistema de seguridad mejor que el airbag); y que, cuando te bajas, no se te ocurra tomarte ni media cerveza, amén de que te la derrames entera por la chupa.



La fiera de mi Special (La menos puta)

La Yamaha Special 250 sr. 'La práctica', la utilitaria. El amor menos pasional, pero más estable. La que me lleva y me trae sin quejarse, a pesar de sus 15 años, y casi gratis. Y además es bonita la cabrona. Como me dé el punto igual me voy a Sturgis o Daytona con ella, y la presento en algún showbike de ésos, con dos cojones. Pues sí, fiable sí que es. Su consumo es de 2.8 l/100km. Y no se rompe. Quién da más. Mientras pongo a punto a 'la gorda' uso Special.

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Bueno, si no te gustan mis amores, seguramente no estarás leyendo esto, y si te gustan, muy posiblemente que tampoco. De cualquier forma, éstas han sido, y son, mis amores.

¡¡Ráfagassss desde la carretera!!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que passa Dani!!! Bueno, antes me presento: Soy Billy de Barna. Tu compañero de fatigas de cocina, roasted pepper, mushroon sauce, fruit salads y algun que otro mash potatoe en "amano Restaurant" - London Britge. Supongo que me reconoces , no?? jejeje! Pues la verdad es que me ha alegradao mucho saber de ti y de tus amores moteros. Se nota que realmente las has amado a todas!! jejee! Yo precisamente me estoy introduciendo en esto de la moto. Me voy a sacar el carné de moto este inverno y para ir practicando me he comprado una Yamaha YBR! Una espercie de hermana perqueña de la special. Es una 125cc pero para aprender a llevarla y practicar hasta que me compre una de las grandes, ya me vale. Ojalá algun día te venga a ver con algun bicharraco que me lleve hasta Malaga! Un abarzo amigo y mucha suerte!!!
billy

Anónimo dijo...

Esssseeee Dani-Lu!!!
No pense que tu hogar virtual fuera tan acogedor!!!
Que podía esperar de un web-master!
Hace una tortillita quemadilla y una paellita sin sal????

Anónimo dijo...

que tall dani,soy el moreno,el chino pa que nos entendamos jeje,con esto te quiero dar un saludo,y estar en contacto ,sobre cualquier tema que te guste ,motos,mecanica,informatica ,y comentar cosas que pa mucha gente nunca nos entenderan ,eeenga saludos y cuidaito con los bachesssssssssssssssssss

 
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